Naturaleza de Menorca
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Reserva de la Biosfera
El 7 de octubre de 1993 Menorca recibió de la UNESCO la declaración como Reserva de la Biosfera. Este acontecimiento se produjo tras una serie de encuentros y reuniones entre expertos de múltiples disciplinas y entre representantes institucionales, en los cuales se había profundizado en la reflexión de la necesidad de encontrar vías de futuro para Menorca, diferentes de las adoptadas por otras zonas próximas como el litoral mediterráneo cercano o las mismas islas vecinas de Mallorca e Ibiza.
La diversidad ambiental y la extensión reducida son dos propiedades válidas en el territorio insular. Es fácil darse cuenta de cómo en un área tan reducida es posible encontrar una representación de todos y cada uno de los hábitats propios de la región mediterránea. La conservación de todos los tipos de ambientes que se dan en la isla es un requisito fundamental para la protección de las especies y del patrimonio genético de la biosfera.
La Mola en la Albufera de Fornells
Probablemente, uno de los espacios más espectaculares de la isla sea La Mola, situada junto a la albufera de Fornells. Este enclave da nombre a un acantilado de más de 120 metros que cae sobre el mar, en el que se encuentra una de las cuevas de mayores dimensiones, la cueva de Na Polida. Hacia el sur, está cala Pudent y el Arenal de s'Olla.
Espacios naturales: Parque Natural de s'Albufera d'Es Grau, Illa d'en Colom i Cap de Favàritx
Este parque natural está situado en el término municipal de Maó. Ocupa una extensión de 1.947 hectáreas, de las que 72 pertenecen a la albufera, a las que hay que añadir la zona inundable conocida como Es Prat; varias charcas, entre las que destacan la de Morella y la de Sa Torreta; y la isla de EnColom, que tiene una superficie de 60 hectáreas.
Todo el espacio que abarca la albufera de Es Grau es de una gran riqueza medioambiental, al concentrarse en su terreno una gran variedad de biotopos, además de algunos de los monumentos prehistóricos más importantes de los que se conservan en la isla. Con respecto a la flora del parque, cabe destacar la maquia menorquina o marina como la especie más extendida.
Mientras que en Favàritx y en la isla de En Colom predomina la maquia litoral, en el resto del parque crece la maquia de acebuche. En las áreas más próximas al litoral, es donde se concentra el mayor número de especies exclusivas de Menorca, como el falso aladierno y azafrán. En las zonas húmedas de la albufera, abundan las plantas sumergidas en el agua y entre ellas destacan los carrizos y juncos. En los torrentes que vierten el agua a la laguna, se encuentran eneas y olmos, vegetación que también prolifera en las charcas.
La masa forestal del parque está dominada por pinares de pino carrasco, bosquetes de tamariscos y encinares. En las playas y las dunas, crece el barrón, el narciso de mar y la ruda canina, un endemismo, mientras que las zonas de cultivo se dedican al forraje de secano para el ganado. Por su parte, la fauna del parque está compuesta por roqueros solitarios, palomas bravías y halcones peregrino, aves todas ellas que abundan en las áreas próximas al mar, al tiempo que en las zonas húmedas se encuentra una gran cantidad de aves acuáticas, que suelen pasar el invierno en este espacio, como es el caso del ánade silbón, el porrón común y el cormorán grande.
También hay especies que podemos encontrar todo el año, como son por ejemplo el ánade real, la focha y el zampullín chico. En las charcas, es habitual ver ranas y sapos, mientras que los peces de la laguna son la anguila, la gambusia y la galúa. Por último, en la zona del parque dominada por masa forestal, se desarrolla el lirón careto y la tórtola común. La albufera cuenta también con algunos restos arqueológicos de interés pertenecientes a distintas épocas de la cultura menorquina, entre los que se hallan los vestigios de la cultura talayótica de la finca de Sa Torreta. Junto a este poblado, se levanta una torre de defensa medieval, al igual que otra próxima, del siglo XVIII. Además, el parque comprende parte del Camí de Cavalls (camino de caballos), una antigua ruta que rodea toda la isla y que puede aprovecharse para recorrer los puntos más interesantes de este magnífico espacio natural.